SERART



Con Serart (nombre del disco y de su proyecto solista), Tankian (el carismático cantante de System of a Down) demuestra que es capaz de salirse de los moldes de la música comercial, y hacer algo original y con motivaciones artísticas que sorprenderán a los habituales seguidores de S.O.D. Porque si bien la banda de rock pesado ha introducido algunas innovaciones dentro del metal, sobre todo gracias a la expresiva voz de Tankian; Serart se separa completamente de lo que el mercado reclama de una estrella de rock.

El disco es música étnica, con un interesante juego con la electrónica, y que mediante un interesante drum ’n bass se acerca de a poco al jazz experimental. Complicada definición, y sorprendente por lo distinta a lo que se escucha en S.O.D. Todo esto gracias a la unión de Serji Tankanian con otro músico de origen armenio, Arto Tunc Boyaciyan ( de ahí el nombre del proyecto, conformado por las primeras letras de ambos nombres de pila).



La sutil introducción de piano que abre el CD puede pensar que se trata de una “trampa”, y que el tema que la sigue debería ser un estridente rock (al menos, ese era el prejuicio), sin embargo,“Cinema” rompe con todo lo previsible, con percusiones africanas, un ritmo de drum ’n bass y voces entremezcladas, entre las cuales la de Tankian es sólo una más. Un saxo dibuja una sencilla frase jazzística (que recuerda al inglés Courtney Pine), y de pronto la atmósfera se pone más pesada y nos recuerda que quien está a cargo de esto es una de las principales voces del metal actual. En apenas cuatro minutos, se sintetiza la idea del disco en forma brillante.



En “Devil’s Wedding” los cantos africanos adquieren más protagonismo, y la percusión se pone más y más frenética, hasta niveles de éxtasis. Un crudo solo de guitarra electrifica el ambiente, y la tensión es máxima. “The Walking Xperiment” amaga a parecerse a un free jazz étnico, y por lo experimental, lo logra. Las cuerdas hacen su aparición en “Black Melon”, como acompañamiento a una apenas susurrante voz de Tankian, que ya a esta altura del disco deja en claro que para exigirla y cantar letras convencionales (estrofa–estribillo–estrofa) tiene a S.O.D. Serart le da más libertad, y la aprovecha al máximo y en múltiples facetas.

Un disco para experimentar con un estado de mente alterada y para aquellos que deseen sorprenderse poniendo el shuffle a su reproductor.



SERART SERART

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